Los mercados extranjeros generan el 70,1% de las pernoctaciones en Portugal. El número de visitantes de los principales mercados emisores sigue aumentando, sobre todo los franceses (+140% respecto a 2007), los alemanes (+28,8% en el periodo), los holandeses (+19,4%) y los belgas (+39,5% respecto a 2007). Los clientes de origen español, que hasta hace poco estaban menos presentes que antes de la crisis, superan ahora sus niveles de 2007 (+12,0%). Los británicos, que son los principales visitantes del país, también cayeron bruscamente entre 2007 y 2010, pero esta clientela está repuntando y las llegadas son ahora casi un 10% superiores a los niveles de 2007.

Los visitantes no europeos, por su parte, disminuyeron ligeramente debido a las menores llegadas de Brasil y Rusia, atribuibles a los contextos económicos y políticos de estos dos importantes mercados emisores. Al mismo tiempo, la base de clientes en Norteamérica y Asia siguió creciendo.

Lisboa sigue siendo el primer destino del país, por delante de la región del Algarve (sur del país) y de Madeira. Portugal también se centra en un producto turístico estratégico: el golf. Los grandes campos y las infraestructuras de alta calidad se concentran principalmente en el Algarve y cerca de Lisboa. El país depende en gran medida de este deporte, ya que interesa a muchos extranjeros, especialmente a los ejecutivos de altos ingresos, y puede ser un elemento importante en la elección de un destino de vacaciones.

Otra baza para atraer más visitantes es el turismo vinculado al bienestar y la naturaleza. En efecto, el país tiene la ventaja de poseer varios lugares excepcionales, como la costa del Algarve, el archipiélago de las Azores, Madeira o los viñedos de la región de Oporto, por ejemplo. El Reino Unido y Alemania son los dos principales mercados para el turismo de negocios y de ocio. La demanda de los clientes empresariales se refiere principalmente a las ciudades de Lisboa y Oporto.

Además, las ventajas fiscales decididas por las autoridades y los bajos precios de los inmuebles están aumentando el número de turistas extranjeros que se quedan durante más tiempo. Las autoridades pretenden convencer a los pensionistas extranjeros de que se instalen en Portugal y convertirlo en un lugar atractivo para jubilarse, con la introducción de exenciones fiscales sobre las pensiones, entre otras ventajas fiscales.