Europa, primer continente hotelero, sigue estando muy por delante de su competidor más cercano, ahora la región de Asia-Pacífico. En términos de número de habitaciones, Europa sigue siendo imbatible, y si su base hotelera ha cambiado poco en los últimos años (lejos de la marcha forzada de crecimiento de Asia), es más bien un signo de adaptación gradual de la oferta a una demanda que ha cambiado mucho en los últimos años.

Si el balance entre aperturas y cierres sigue siendo positivo, también se debe a esta renovación, que es una fuente de esperanza para el futuro de la industria hotelera europea, al menos la que habrá conseguido adaptarse a los nuevos mercados internacionales y a los gustos de los clientes actuales. Sin embargo, el continente puede contar con ciertas bazas turísticas, como el aura internacional de sus grandes capitales y su posición estratégica central.

El índice de penetración de las cadenas en Europa sigue siendo relativamente bajo: siguen predominando las empresas familiares o independientes, sobre todo en Italia, que es casi un caso de manual. Sin embargo, la consolidación del sector no ha evitado el continente, que ha visto desarrollarse a sus grandes grupos, ciertamente en todo el mundo, pero también en Europa. Así, Intercontinental Hotel Group o AccorHotels encarnan un rostro europeo conquistador, este último grupo cuenta con casi 300.000 habitaciones en todo el continente.